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Remedios contra el ébola o el Secreto del «suero secreto»

El colonialismo y la explotación que durante décadas llevan sufriendo el continente africano y sus habitantes, han desequilibrado el natural desarrollo de las personas, de los animales y de las plantas; así como de su proceso de aprendizaje. El círculo vicioso guerra, poder, explotación, pobreza;  desplaza a la población de sus hogares, obligándola a abandonar sus tierras y sus raíces, exilio forzado donde la vida se convierte en mera subsistencia.

Los conocimientos ancestrales adquiridos a través de la observación y de la experiencia no se transmiten ni perpetúan, las enfermedades, al igual que otros muchos comportamientos cotidianos, se abordan desde una perspectiva terapéutica que en la mayoría de los casos menosprecia o estigmatiza la manera de hacer de las personas que habitaban esa tierra.

El ébola, tampoco se ha librado del caos.

Varios medios de comunicación han hablado de posibles “remedios” para combatirlo, aunque no parecen ser muy eficaces, sirva a modo de ejemplo los siguientes:

 – El uso de la planta Artemisia Anuue, eficaz en episodios febriles y contra el paludismo (artemisinina, principio activo extraído de la planta) y con interesantes propiedades anticancerosas.

Sin embargo, el ébola es un virus, y aunque en su primer estadío la sintomatología es muy similar a la malaria. su evolución posterior es bien distinta.

– El uso del Dióxido de cloro, obtenido de forma natural por reacción del clorito de sodio de la sal común y el ácido cítrico del limón. El dióxido de cloro es un potente oxidante utilizado en la desinfección del agua de consumo humano y de superficies y por supuesto que es eficaz en la eliminación del ébola presente en el medio, aunque por su acción biocida, podría resultar peligroso si se consume. Así que, me declaro escéptica porque no cuento con suficiente información sobre el mecanismo de acción del dióxido en el interior del cuerpo humano. Y, aun suponiendo que pudiera tener efectos beneficiosos, está por ver de qué manera la población africana puede tener acceso al clorito de sodio y a su manejo y correctas normas de uso.

Las grandes farmacéuticas llevan años intentando sintetizar un remedio “milagroso” que además de curar la fiebre hemorrágica, ponga a disposición de las autoridades militares “gringas” el único tratamiento conocido contra una potente arma biológica como es el virus del ébola.

Por avatares de la vida, hemos sido testigos parciales de la presentación en sociedad de un suero secreto sintetizado por una farmacéutica canadiense cuyas acciones, según el índice Nasdaq, se dispararon en el último trimestre, con especial incidencia el día en el que se hizo pública la adjudicación de 140 millones de dólares concedida por la OMS a través del departamento de defensa americano para estimular o agilizar sus ensayos clínicos en humanos.

Este “desgraciado” nuevo brote de ébola o azote de Dios, como gusta ser denominado por la curia africana, ha venido que “ni pintado” a los intereses yanquis. El contagio de dos ciudadanos americanos ha permitido el uso del suero pasando por alto el complejo y dilatado procedimiento que debe de atenderse cuando un medicamento experimental salta del animal a nuestra especie. Curiosamente antes de finalizar el año 2014 el antiviral será mundialmente lanzado al mercado.

En los últimos días ha sido también tratado con el suero secreto un compatriota, un sacerdote de la orden de San Juan de Dios experta en la transformación de los donativos en ingentes cantidades de dinero y cuya misión en la tierra es rentabilizar por encima de todo sus inversiones (SICAV Finanzas Querqus S.A.). Este sacerdote entregado en alma a los más necesitados y enfermos, de 75 años pero joven de espíritu, cuando sospechó de su contagio comunicó de inmediato su expreso deseo de morir en España, deseo que rápidamente fue atendido por las excelsas autoridades sanitarias españolas que en 24 horas fletaron un Airbus A310 con un equipo médico perfectamente equipado y pusieron al día la planta sexta del hospital Carlos III en pleno proceso de desmantelamiento.

Casi al mismo tiempo en el que escribo estas líneas, el humilde siervo de Dios ha escuchado su llamada y tal y como era su deseo muere en su patria querida. Amén.

Preguntas en el aire:

– ¿No hubiera sido más razonable utilizar los 400.000€ que “parece” que ha costado el traslado del sacerdote, en tratamientos, materiales, personal, etc. en el propio país?

– Si en el Airbus había plazas suficientes, ¿por qué la orden de San Juan de Dios no trajo a España al resto de misioneros y misioneras afectados o posiblemente afectados por el ébola?

– Si el sacerdote había dedicado su vida a los demás, ¿por qué en el último momento quiso regresar a España abandonando sin el más mínimo pudor a sus colaboradoras?

– ¿Por qué el tratamiento con el suero secreto en su fase experimental en humanos, solo se ha utilizado en afectados de raza blanca?

 

– ¿Quién o quiénes están detrás del suero secreto?

– …

Lo que sí está claro, es que el nuevo brote-en lo que respecta a la población africana-está fuera de control, la población se ve obligada a cazar y a consumir animales salvajes infectados por el virus, las prácticas de manipulación y elaboración de los mismos distan mucho de ser higiénico-sanitarias, el difícil y tortuosos acceso al agua y no digamos si se trata de agua potable, la inexistencia de sistemas de evacuación y tratamiento de aguas residuales-incluidas precisamente las de los hospitales que atienden a la población afectada- el estado y la dotación de sus sistemas sanitarios, los miedos y prejuicios que hábilmente han sido inculcados en un población con niveles de analfabetismo escandalosos, no han ayudado precisamente a frenar el avance de la epidemia. En Liberia la iglesia opina que el ébola “es un castigo de Dios”,  las primeras palabras del sacerdote español repatriado fueron “nos han metido el diablo dentro”.

repatriación del sacerdote
Repatriación del sacerdote

Certezas y dudas con relación al virus del ébola y de su infección vírica aguda, la fiebre hemorrágica: (enumeración no pormenorizada).

– El virus no se transmite o no hay contagio durante su periodo de incubación.

– Hay certidumbre de que el virus se transmite por contacto directo, también denominado de persona a persona, a través del contacto con la sangre y de TODOS los fluidos corporales de enfermas y de cadáveres, incluida, por tanto, la vía de transmisión sexual.

– El virus es viable-sobrevive-en las superficies y/o los objetos que hayan estado en contacto con las afectadas y los cadáveres.

– Los primates no humanos como los gorilas, los cerdos, los antílopes y los humanos, entre otros, somos huéspedes ocasionales y desarrollamos la enfermedad. Los murciélagos “frugívoros” son los reservorios naturales, en ellos el virus no se manifiesta, es decir, no enferman, son los primeros transmisores desde dónde el virus se incorpora a sus huéspedes temporales.

– La enfermedad tiene una tasa de letalidad que puede llegar al 90%, reduciéndose ésta a medida que mejoran los tratamientos paliativos tempranos.

– Parece que existen suficientes evidencias como para descartar la vía de transmisión aérea, sin embargo, el virus es viable en gotículas que pueden entrar en contacto con la piel y las mucosas de personas sanas e infectarlas.

– No hay suficientes datos como para confirmar su transmisión por picadura de mosquito.